-Me liga a Pedro Laurenz el recuerdo, el afecto y la admiración; yo no lo conocía aún, pero ya vislumbraba su gravitación decisiva en la orquesta de Julio De Caro. Se ha dicho y merecidamente que los hermanos De Caro, Julio, violinista y Francisco, pianista, representan un gran paso dentro del desenvolvimiento del tango, pero de manera general. Pero yo en particular, en toda charla, entrevista, reportaje o algo semejante, digo que el llamado estilo Decareano debía ser mencionado con la inclusión de Laurenz, porque Pedro le dio una modalidad muy especial y junto al romanticismo de Julio y Francisco -gran pianista injustamente olvidado que fue guía y maestro de todos nosotros- estaba la forma bravía y también romántica de Laurenz, porque Laurenz no era de una sola manera, sino integral.
Por el aporte que hizo a esa época Decareana, creo que al hablar de ella debe llevar esos nombres, Yo empecé a conocer a Pedro cuando tenía esa maravillosa orquesta en “Los 36 billares”, donde actuaba Alfredo Gobbi en violín, donde actuaba un gran pianista cuyo recuerdo se fue perdiendo, pero que hizo un gran aporte a la música popular, que se llamaba Armando Federico. Yo era uno de los desconocidos habitués que iba a escuchar a esa orquesta. Mi destino y mi suerte hicieron que en un momento dado se formara “El Quinteto real” y pudiéramos compartir con Pedro prácticamente diez años.
Lo conocí como persona y como gran artista. Era un hombre de un gran humor, de grandes salidas y con un gran sentido de la palabra oportuna. Alguna vez, cuando se haga la gran revisión de las cosas más importantes que se han hecho en el tango, los tangos de Pedro requerirán una atención muy especial.