Tanguero Residente en Buenos Aires, ARGENTINA
En 1995 un disco compacto de Carlos Gardel llegó a mi casa con una revista en una promoción donde semanalmente se regalaba un CD de un artista famoso con cada edición. Este fue el primer contacto que puedo recordar tuve con el tango. Su voz y música se instalaron inmediatamente en mi corazón, en otras palabras, fue “amor a primera escucha”. Soy de Colombia donde una gran tradición de escuchar tango comenzó cuando tristemente Gardel murió en nuestra tierra. La semilla estaba plantada.
Progresivamente fui interesándome más y más en el Tango, conseguí lo que pude con amigos que tenían discos y CDs originales de música argentina. En los años 90 no era nada fácil conseguir tango cuando la gente que yo conocía eran más rockeros que otra cosa. Pero un día en el 2004, entré a un bar de tango en Bogotá, las luces de neón en la ventana decían “Cafetín de Buenos Aires” y “TANGO”. Este lindo lugar fue mi templo durante muchos años. Ahí aprendí mucho sobre las orquestas, cantores, músicos, poetas y la historia de género. En este lugar también pude acceder a más música y pude conocer grandes tangueros que compartían su conocimiento amablemente conmigo.
Un día en 2013 dejé Colombia. Después de un tiempo aparte del tango mientras comenzaba mi estadía en Australia, empecé a extrañar esos lugares donde disfrutaba compartir esta linda música ciudadana. Me lancé al agua y empecé a tomar clases para comenzar un largo camino de baile que vino de la mano con algo que no esperaba: volverme un musicalizador de Tango. El conocimiento acumulado durante años de escucha fue una gran fortaleza para saltar a esas aguas desconocidas. Como lo mencioné arriba, en el 2011 comencé a coleccionar vinilos de tango, de los cuales llevé unos 20 a Melbourne y fueron estos los primeros discos que usé para hacer a la gente bailar estando lejos de mi tierra. Algo maravilloso estaba pasando, me pagaban por pasar la música que amo.
Con el tiempo logre hacer grandes amigos en la escena milonguera de Australia y poco a poco el tango fue transformándose en mi objetivo de vida. Luego de algunos cambios me mudé a Buenos Aires en 2018 donde ahora soy parte de esta gran maquina que es nuestra comunidad Tanguera. Acá armo tandas que hacen a la gente ir feliz a sus casas después de abrazarse para bailar toda la noche.
Sigo tratando de entender qué es el tango. Para mi, es una gran expresión emocional de la gente del Rio de la Plata, especialmente de Buenos Aires, en aquellos tiempos donde muchas culturas se amalgamaron cuando Argentina era una tierra de esperanza para los inmigrantes al final del siglo XIX y principios del XX. El tango es un documento histórico que uno puede bailar.
Musicalización Digital
Otra linda manera de crear magia en la milonga en la cual utilizo archivos de Alta Resolución que he digitalizado de mi colección de vinilos y discos de pasta. Esta forma de musicalizar también requiere mucha atención en el cuidado del sonido en la milonga, pues muchas grabaciones del tango tienen diferentes niveles en frecuencias bajas, medias y altas. Aunque prefiero siempre el sonido análogo puro, considero que los avances en audio digital ahora nos permiten tener mejores versiones de la música que hemos bailado durante años.
Lo más importante para mi es poder siempre ofrecer el mejor sonido posible y esta es una opción práctica y con grandes ventajas ya que los archivos de alta resolución tienen mucha más información sonora que indudablemente es notable a la hora de hacer a los milongueros felices.
Musicalización con Vinilos
9 años armando tandas en la marcha con mi colección de vinilos, la cual crece desde 2011. Mi colección consta en su gran mayoría de ediciones argentinas de discos prensados desde los años 60; también tengo algunos discos de origen colombiano y varias joyas prensadas en Japón. Generalmente utilizo dos mezcladores para mejorar la ecualización y púas monofónicas y estereofónicas según lo necesite el medio.
Mi objetivo es brindar al milonguero la mejor experiencia sonora y para este caso opino que los medios análogos bien seleccionados son insuperables.